Presentando a Luc ^^
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Presentando a Luc ^^
Se escuchó un chasquido de dedos.
Él estaba en la plaza del reloj, el cual marcaba la medianoche. Una oleada de mariposas de diferentes colores danzaba alrededor de la torre del tiempo, creando un remolino visual coronado de colores. Pudo observar cómo una figura encapuchada se mantenía en equilibrio sobre la cabeza de la Reina Luna en el centro del fontanar. Parecía que le estaba observando…
Luc sintió un escalofrío que le recorrió la columna: no había ninguna estrella en el cielo oscuro de la noche de Almagest, donde siempre, día o noche, con o sin lluvia, los astros podían contemplarse. La figura encapuchada levantó un brazo al aire, y de repente, todas las mariposas cambiaron su rumbo y se dirigieron al punto al cual la figura estaba señalando: el muchacho.
Cuando intentó moverse, se dio cuenta de que estaba inmovilizado. Del empedrado surgían sombras alargadas que se enroscaban en sus tobillos, ascendiendo por sus piernas. Con horror, observó que de entre esas sombras nacían gusanos y larvas, que ávidos se apresuraban a alcanzar algún trozo de piel que devorar con sus dientes.
Luc gritó, horrorizado. Las mariposas le alcanzaron y comenzaron a revolotear a su alrededor. Y entonces, pudo ver cómo la figura encapuchada volvía a levantar el brazo.
Y se escuchó un chasquido de dedos.
Luc despertó empapado en sudor frío y jadeando. Aterrorizado, apartó con furia las sábanas y observó sus piernas, ahora completamente limpias de aquellos monstruosos seres. Llevándose una mano a la frente, cayó de nuevo hacia atrás, hundiendo la cabeza en la almohada. Poco a poco su ritmo cardíaco se fue recuperando, y pudo pensar fríamente que aquello no había sido más que una pesadilla. Una muy realista, pero pesadilla al fin y al cabo.
Quedóse en cama hasta el alba, ya sin poder dormir. No supo cuánto tiempo mantuvo la mirada perdida en el techo de su habitación. Vistióse con unos vaqueros negros y una camiseta del mismo color con una calavera verde estampada, a juego con el color de sus irisados y reptiles ojos. El semidragón abandonó su dormitorio con la mochila al hombro y enarbolando un profundo bostezo, sin darse cuenta de la pequeña mariposa de color rosa que se escabulló por la ventana semiabierta.
-Tómate las tostadas, Luc.
-¡Desayunaré por el camino que llego tarde!
-¡Pero ésta vez no se las tires a la basura, dragoncito!
-Mamá, ¿por quién me has tomado?
Cruzó la puerta con estrépito y se lanzó a la calle, haciendo crecer sus alitas y volando a pocos centímetros de suelo mientras el aire de la mañana acariciaba su piel. La pesadilla había abandonado su cabeza.
-Qué tal, Lucky.
-Jodido tío, como siempre cuando hay un examen -.-
-Oh venga, no es tan difícil prestar atención en clase de Cocina
-Eso lo dirás tú, Angel, que te gusta más la comida que a un Hipopótamo ¬¬
-No, lo que me gusta es la profesora
-Tiene buenas peras pero es fea, tío. Vale que te vayan las maduritas pero elige bien…
-Algunos tenemos buen gusto ¬¬
El Dragón y el Demonio caminaron juntos por los pasillos hacia sus taquillas, donde encontraron al Unicornio. Antes de que pudieran saludarle, les plantó ante sí una lista llena de nombres.
-¿Qué es esto, cuernecillo?
-Es la lista de aspirantes a ser vocalista de nuestro grupo.
-¿Tantos?
-Tío, estoy yo. Es normal que atraigamos a las masas.
-Baja de las nubes que estás volando muy alto, escamoso ¬¬
-Lo que pasa es que tienes envidia de que todas vengan a por mí
-¿Perdón? ¬¬
-Eh eh eh, discusiones de matrimonio para más tarde. A ver, les he dicho a todos que esta tarde en tu casa, Luc. Usaremos el garaje de tu padre. Un simple casting, como los de la tele.
-Déjame ver quiénes van...
-Angelina, Thara, Maia, Thor, Vingarda… ¡Toma ya, las sirenas!
-¿Qué?
Luc se acercó más el papel, observándolo con Angel. Elderion se colocó bien las gafas de media luna y se pasó un mechón de cabello blanco por detrás de la oreja.
-Así es, algunas de las sirenas más “cañeras” se han interesado por ser nuestra nueva voz. Hay que decir que Spoke no dejó el listón demasiado alto…
-Ese era imbécil ¬¬
-Amén ¬¬
-Pero sí han escuchado cómo tocamos nosotros tres y han leído las letras de nuestras canciones en la web.
Angel y Luc se abrazaron.
-¡Qué haríamos sin cuernecillo!
-¡Romper baterías, tío, romper baterías!
-Se supone que me tendríais que abrazar a mí ¬¬
-Y que nos llamen maricones, ¿no? ¬¬
-Ais -.-
Se escuchó un chasquido de dedos.
Llovía a cántaros. Ante él se extendía un inmenso lago. Las estrellas tampoco se observaban allí, como si las nubes de la tormenta las estuvieran ocultando. En esta ocasión, Luc no pudo reconocer donde se encontraba. Rodeando la masa de agua se dibujaba un frondoso bosque repleto de sombras en su interior.
Entonces, sobre el centro de la superficie del agua algo resplandeció y apareció en él una chica alada, como un hada pero agrandada. La chica le miró, con sus ojos ámbar y verde. Ella le decía algo que él no lograba comprender. Y entonces, un montón de mariposas de colores surgieron del lago y la rodearon, formando una esfera a su alrededor.
Una mano cayó sobre el hombro de Luc, y la figura encapuchada lo cogió del cuello.
Y se escuchó un chasquido de dedos.
-¡Draconian, despierte!
Toda la clase le estaba mirando. Entonces, comprendió que se había quedado dormido. Meció su cola, desperezándose.
-¡Buenos días, sita Flyer!
La ángel golpeó con su puño el pupitre de Luc mientras toda la clase se reía. El chico consiguió distinguir de fondo la risa cristalina de Ariel.
-Basta de bobadas, Luc. Estamos a final de trimestre y los exámenes están a la vuelta de la esquina. ¿Crees conveniente dormirte en medio de una clase de repaso?
-Tengo sueño, sita… -.-
El libro descendió sobre su cabeza, estrellándose con estruendo y desatando más risas de los demás. La profesora, indignada, colocó otro negativo en las notas de Luc y lo mandó al pasillo.
¿Otra vez ese tío encapuchado? Dos veces ya en un mismo día… Demasiada coincidencia. ¿Y esa chica? Estaba seguro de haberla visto antes en algún lugar…
-¡Esa chica es idiota! Mira que vestir así.
-Sí, Parvanna es ridícula. ¿Era Parvanna?
-Y yo qué sé, pero menudo nombre.
Los tres amigos avanzaban por la acera camino a la casa de Luc. El muchacho dragón no prestaba atención a la conversación de sus amigos, pues estaba inmerso en los dos sueños que había tenido. Al final, decidió que no debería preocuparse por ello si no vuelve a soñar algo parecido, lo cual le parecía improbable.
Abrió la puerta del garaje y los tres se internaron en su santuario. Una batería, un teclado y una guitarra eléctrica descansaban en un rincón, relucientes y brillantes. Los tres chicos observaron sus instrumentos como un padre contempla su hijo jugando en el parque. Prepararon una mesita y tres sillas y esperaron a los aspirantes.
-Siguiente…
-Las sirenas son unas pijas ¬¬
-¿A mí qué? Que vistan de punks es su culpa, no la mía.
-¿No podemos escoger a una? Es que miradlas, qué culitos…
-Cualquiera diría que eres un demonio.
-Venga, a ver esta qué tal.
Luc tragó saliva al descubrir la siguiente aspirante. La sirena más bella que había visto en su vida y que ocupaba todos sus sueños [menos los del tío encapuchado] estaba allí: Ariel.
-Nombre.
-Ariel.
-¿Qué nos vas a mostrar?
-Las peritas, por Dios… ¡Auch, por qué me pegas!
-Calla, gorrino ¬¬
-Bueno, una vieja canción que ha pasado de generación en generación en mi familia ^^
Sólo necesitó dos sílabas para hipnotizar a Luc. Si hubiera escupido, soltado un eructo y gritado con voz de camionero, ya daba igual, pues para Luc era la chica ideal para el grupo. Cuando terminó, no quedaban más aspirantes.
-Vale, a mí me ha gustado Ariel.
-Toma, y a mí…
-Opino que tiene una voz que se puede adecuar perfectamente a todos nuestros registros.
-Elderion ¬¬u -> Ambos, Angel y Luc
-Que sí, que me ha gustado xD
-¡Bienvenida a nuestro grupo!
Ariel chilló, emocionada, y Luc perdió el sentido al verla en actitud tan adorable.
-¿Seguro que éste ha escuchado cómo cantaba o se ha dedicado a mirarle las tetas? ¬¬
-¿Ah, que tú no? O.o
[Bueno, pasa el día y a mimir ^^]
Se escuchó un chasquido de dedos.
Ahora no estaba en ningún lugar. Todo a su alrededor era de un blanco hiriente. Se frotó los ojos, cegado por la luz. Intentó mirar a su alrededor sin éxito. Entonces, un grupo de mariposas fucsias revoloteó a su alrededor, dejando una estela grisácea.
-Hola, Luc.
Alguien habló, y el muchacho supo al instante que la voz provenía del hombre encapuchado. Intentó responderle, pero no le salieron las palabras.
-Al fin nos conocemos, ¿no crees? Llevo mucho tiempo queriendo hablar contigo. Al fin puedo hacerlo.
De nuevo intentó hablar, pero su mandíbula estaba pegada.
-Yo soy el que soy. Ya me conocerás, aunque ahora no sepas nada de mí. Pero yo sé mucho de ti. De Angel, de Eledrion, de Ariel.. Lo sé todo acerca de tu corazón. Somos tan vulnerables cuando se conoce nuestros más profundos secretos…
A Luc le temblaron las piernas.
-No soy enemigo, sólo quiero ayudarte. Van a intentar ir a por ti. Gente malvada de la que, lo mejor, es que no sepas nada. No te mereces lo que van a hacer contigo. Tú tienes una vida que llevar adelante. Un corazón al que alimentar con sueños. Hm… No te esperaba tan tímido. ¿Tanto intimido? Perdona que no muestre mi cara, pero créeme… es mejor así. Ellos se ocuparon de que fuera mejor así.
-¿Qu-quién eres?
-Un amigo. Un amigo que puede ayudarte. ¿Recuerdas las pesadillas?
-Pero tú…
-Yo te sacaba de esos sueños. Ellos te metían en las pesadillas para hacerse contigo. Yo te rescataba…
Chascó los dedos, y las mariposas comenzaron a cambiar sus colores como un prisma de luz.
-Ven conmigo, Luc. Sólo yo soy tu único amigo. Angel y Eledrion quieren quitarte a Ariel, y ella no te quiere. Piensa que eres un mierdecilla. Es una sirena, piensa que se merece cosas mejores… claro que no te conoce. Yo sé que vales mucho más que todos ellos, que todos juntos. Dame la mano, Luc, y te ayudaré.
El muchacho observó cómo de debajo de las holgadas ropas surgía una mano vendada. Sin saber cómo, en su interior comenzaron a aglutinarse rencores contra sus mejores amigos. Pero antes de que levantara su mano, comenzó a escucharse una suave campana que repiqueteó una vez. El hombre encapuchado torció la mano y se abalanzó sobre Luc, cogiéndolo del cuello. La campana repiqueteó por segunda vez. Todo el blanco de aquél espacio se volvió negro. Pero la campana repiqueteó por tercera vez,
Y el muchacho despertó en su cama, envuelto en sudor frío. Tragó saliva, aterrorizado, y sintió en su cuello como si alguien lo hubiera estado apretando con fuerza.
Por la ventana, las estrellas resplandecían con un brillo mágico. Inexplicablemente, volvió a dormirse, sumiéndose en sueños llenos de besos y sirenas. Desde la oscuridad, unos ojillos entrecerrados le observaban, unos ojillos que parecían flotar en el aire, semitransparentes. Un voz aguda y anciana nació del rincón.
-Hay que darse prisa.
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Firmado-> Coche :mrgreen:
Él estaba en la plaza del reloj, el cual marcaba la medianoche. Una oleada de mariposas de diferentes colores danzaba alrededor de la torre del tiempo, creando un remolino visual coronado de colores. Pudo observar cómo una figura encapuchada se mantenía en equilibrio sobre la cabeza de la Reina Luna en el centro del fontanar. Parecía que le estaba observando…
Luc sintió un escalofrío que le recorrió la columna: no había ninguna estrella en el cielo oscuro de la noche de Almagest, donde siempre, día o noche, con o sin lluvia, los astros podían contemplarse. La figura encapuchada levantó un brazo al aire, y de repente, todas las mariposas cambiaron su rumbo y se dirigieron al punto al cual la figura estaba señalando: el muchacho.
Cuando intentó moverse, se dio cuenta de que estaba inmovilizado. Del empedrado surgían sombras alargadas que se enroscaban en sus tobillos, ascendiendo por sus piernas. Con horror, observó que de entre esas sombras nacían gusanos y larvas, que ávidos se apresuraban a alcanzar algún trozo de piel que devorar con sus dientes.
Luc gritó, horrorizado. Las mariposas le alcanzaron y comenzaron a revolotear a su alrededor. Y entonces, pudo ver cómo la figura encapuchada volvía a levantar el brazo.
Y se escuchó un chasquido de dedos.
Luc despertó empapado en sudor frío y jadeando. Aterrorizado, apartó con furia las sábanas y observó sus piernas, ahora completamente limpias de aquellos monstruosos seres. Llevándose una mano a la frente, cayó de nuevo hacia atrás, hundiendo la cabeza en la almohada. Poco a poco su ritmo cardíaco se fue recuperando, y pudo pensar fríamente que aquello no había sido más que una pesadilla. Una muy realista, pero pesadilla al fin y al cabo.
Quedóse en cama hasta el alba, ya sin poder dormir. No supo cuánto tiempo mantuvo la mirada perdida en el techo de su habitación. Vistióse con unos vaqueros negros y una camiseta del mismo color con una calavera verde estampada, a juego con el color de sus irisados y reptiles ojos. El semidragón abandonó su dormitorio con la mochila al hombro y enarbolando un profundo bostezo, sin darse cuenta de la pequeña mariposa de color rosa que se escabulló por la ventana semiabierta.
-Tómate las tostadas, Luc.
-¡Desayunaré por el camino que llego tarde!
-¡Pero ésta vez no se las tires a la basura, dragoncito!
-Mamá, ¿por quién me has tomado?
Cruzó la puerta con estrépito y se lanzó a la calle, haciendo crecer sus alitas y volando a pocos centímetros de suelo mientras el aire de la mañana acariciaba su piel. La pesadilla había abandonado su cabeza.
-Qué tal, Lucky.
-Jodido tío, como siempre cuando hay un examen -.-
-Oh venga, no es tan difícil prestar atención en clase de Cocina
-Eso lo dirás tú, Angel, que te gusta más la comida que a un Hipopótamo ¬¬
-No, lo que me gusta es la profesora
-Tiene buenas peras pero es fea, tío. Vale que te vayan las maduritas pero elige bien…
-Algunos tenemos buen gusto ¬¬
El Dragón y el Demonio caminaron juntos por los pasillos hacia sus taquillas, donde encontraron al Unicornio. Antes de que pudieran saludarle, les plantó ante sí una lista llena de nombres.
-¿Qué es esto, cuernecillo?
-Es la lista de aspirantes a ser vocalista de nuestro grupo.
-¿Tantos?
-Tío, estoy yo. Es normal que atraigamos a las masas.
-Baja de las nubes que estás volando muy alto, escamoso ¬¬
-Lo que pasa es que tienes envidia de que todas vengan a por mí
-¿Perdón? ¬¬
-Eh eh eh, discusiones de matrimonio para más tarde. A ver, les he dicho a todos que esta tarde en tu casa, Luc. Usaremos el garaje de tu padre. Un simple casting, como los de la tele.
-Déjame ver quiénes van...
-Angelina, Thara, Maia, Thor, Vingarda… ¡Toma ya, las sirenas!
-¿Qué?
Luc se acercó más el papel, observándolo con Angel. Elderion se colocó bien las gafas de media luna y se pasó un mechón de cabello blanco por detrás de la oreja.
-Así es, algunas de las sirenas más “cañeras” se han interesado por ser nuestra nueva voz. Hay que decir que Spoke no dejó el listón demasiado alto…
-Ese era imbécil ¬¬
-Amén ¬¬
-Pero sí han escuchado cómo tocamos nosotros tres y han leído las letras de nuestras canciones en la web.
Angel y Luc se abrazaron.
-¡Qué haríamos sin cuernecillo!
-¡Romper baterías, tío, romper baterías!
-Se supone que me tendríais que abrazar a mí ¬¬
-Y que nos llamen maricones, ¿no? ¬¬
-Ais -.-
Se escuchó un chasquido de dedos.
Llovía a cántaros. Ante él se extendía un inmenso lago. Las estrellas tampoco se observaban allí, como si las nubes de la tormenta las estuvieran ocultando. En esta ocasión, Luc no pudo reconocer donde se encontraba. Rodeando la masa de agua se dibujaba un frondoso bosque repleto de sombras en su interior.
Entonces, sobre el centro de la superficie del agua algo resplandeció y apareció en él una chica alada, como un hada pero agrandada. La chica le miró, con sus ojos ámbar y verde. Ella le decía algo que él no lograba comprender. Y entonces, un montón de mariposas de colores surgieron del lago y la rodearon, formando una esfera a su alrededor.
Una mano cayó sobre el hombro de Luc, y la figura encapuchada lo cogió del cuello.
Y se escuchó un chasquido de dedos.
-¡Draconian, despierte!
Toda la clase le estaba mirando. Entonces, comprendió que se había quedado dormido. Meció su cola, desperezándose.
-¡Buenos días, sita Flyer!
La ángel golpeó con su puño el pupitre de Luc mientras toda la clase se reía. El chico consiguió distinguir de fondo la risa cristalina de Ariel.
-Basta de bobadas, Luc. Estamos a final de trimestre y los exámenes están a la vuelta de la esquina. ¿Crees conveniente dormirte en medio de una clase de repaso?
-Tengo sueño, sita… -.-
El libro descendió sobre su cabeza, estrellándose con estruendo y desatando más risas de los demás. La profesora, indignada, colocó otro negativo en las notas de Luc y lo mandó al pasillo.
¿Otra vez ese tío encapuchado? Dos veces ya en un mismo día… Demasiada coincidencia. ¿Y esa chica? Estaba seguro de haberla visto antes en algún lugar…
-¡Esa chica es idiota! Mira que vestir así.
-Sí, Parvanna es ridícula. ¿Era Parvanna?
-Y yo qué sé, pero menudo nombre.
Los tres amigos avanzaban por la acera camino a la casa de Luc. El muchacho dragón no prestaba atención a la conversación de sus amigos, pues estaba inmerso en los dos sueños que había tenido. Al final, decidió que no debería preocuparse por ello si no vuelve a soñar algo parecido, lo cual le parecía improbable.
Abrió la puerta del garaje y los tres se internaron en su santuario. Una batería, un teclado y una guitarra eléctrica descansaban en un rincón, relucientes y brillantes. Los tres chicos observaron sus instrumentos como un padre contempla su hijo jugando en el parque. Prepararon una mesita y tres sillas y esperaron a los aspirantes.
-Siguiente…
-Las sirenas son unas pijas ¬¬
-¿A mí qué? Que vistan de punks es su culpa, no la mía.
-¿No podemos escoger a una? Es que miradlas, qué culitos…
-Cualquiera diría que eres un demonio.
-Venga, a ver esta qué tal.
Luc tragó saliva al descubrir la siguiente aspirante. La sirena más bella que había visto en su vida y que ocupaba todos sus sueños [menos los del tío encapuchado] estaba allí: Ariel.
-Nombre.
-Ariel.
-¿Qué nos vas a mostrar?
-Las peritas, por Dios… ¡Auch, por qué me pegas!
-Calla, gorrino ¬¬
-Bueno, una vieja canción que ha pasado de generación en generación en mi familia ^^
Sólo necesitó dos sílabas para hipnotizar a Luc. Si hubiera escupido, soltado un eructo y gritado con voz de camionero, ya daba igual, pues para Luc era la chica ideal para el grupo. Cuando terminó, no quedaban más aspirantes.
-Vale, a mí me ha gustado Ariel.
-Toma, y a mí…
-Opino que tiene una voz que se puede adecuar perfectamente a todos nuestros registros.
-Elderion ¬¬u -> Ambos, Angel y Luc
-Que sí, que me ha gustado xD
-¡Bienvenida a nuestro grupo!
Ariel chilló, emocionada, y Luc perdió el sentido al verla en actitud tan adorable.
-¿Seguro que éste ha escuchado cómo cantaba o se ha dedicado a mirarle las tetas? ¬¬
-¿Ah, que tú no? O.o
[Bueno, pasa el día y a mimir ^^]
Se escuchó un chasquido de dedos.
Ahora no estaba en ningún lugar. Todo a su alrededor era de un blanco hiriente. Se frotó los ojos, cegado por la luz. Intentó mirar a su alrededor sin éxito. Entonces, un grupo de mariposas fucsias revoloteó a su alrededor, dejando una estela grisácea.
-Hola, Luc.
Alguien habló, y el muchacho supo al instante que la voz provenía del hombre encapuchado. Intentó responderle, pero no le salieron las palabras.
-Al fin nos conocemos, ¿no crees? Llevo mucho tiempo queriendo hablar contigo. Al fin puedo hacerlo.
De nuevo intentó hablar, pero su mandíbula estaba pegada.
-Yo soy el que soy. Ya me conocerás, aunque ahora no sepas nada de mí. Pero yo sé mucho de ti. De Angel, de Eledrion, de Ariel.. Lo sé todo acerca de tu corazón. Somos tan vulnerables cuando se conoce nuestros más profundos secretos…
A Luc le temblaron las piernas.
-No soy enemigo, sólo quiero ayudarte. Van a intentar ir a por ti. Gente malvada de la que, lo mejor, es que no sepas nada. No te mereces lo que van a hacer contigo. Tú tienes una vida que llevar adelante. Un corazón al que alimentar con sueños. Hm… No te esperaba tan tímido. ¿Tanto intimido? Perdona que no muestre mi cara, pero créeme… es mejor así. Ellos se ocuparon de que fuera mejor así.
-¿Qu-quién eres?
-Un amigo. Un amigo que puede ayudarte. ¿Recuerdas las pesadillas?
-Pero tú…
-Yo te sacaba de esos sueños. Ellos te metían en las pesadillas para hacerse contigo. Yo te rescataba…
Chascó los dedos, y las mariposas comenzaron a cambiar sus colores como un prisma de luz.
-Ven conmigo, Luc. Sólo yo soy tu único amigo. Angel y Eledrion quieren quitarte a Ariel, y ella no te quiere. Piensa que eres un mierdecilla. Es una sirena, piensa que se merece cosas mejores… claro que no te conoce. Yo sé que vales mucho más que todos ellos, que todos juntos. Dame la mano, Luc, y te ayudaré.
El muchacho observó cómo de debajo de las holgadas ropas surgía una mano vendada. Sin saber cómo, en su interior comenzaron a aglutinarse rencores contra sus mejores amigos. Pero antes de que levantara su mano, comenzó a escucharse una suave campana que repiqueteó una vez. El hombre encapuchado torció la mano y se abalanzó sobre Luc, cogiéndolo del cuello. La campana repiqueteó por segunda vez. Todo el blanco de aquél espacio se volvió negro. Pero la campana repiqueteó por tercera vez,
Y el muchacho despertó en su cama, envuelto en sudor frío. Tragó saliva, aterrorizado, y sintió en su cuello como si alguien lo hubiera estado apretando con fuerza.
Por la ventana, las estrellas resplandecían con un brillo mágico. Inexplicablemente, volvió a dormirse, sumiéndose en sueños llenos de besos y sirenas. Desde la oscuridad, unos ojillos entrecerrados le observaban, unos ojillos que parecían flotar en el aire, semitransparentes. Un voz aguda y anciana nació del rincón.
-Hay que darse prisa.
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