Gran Avenida
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Re: Gran Avenida
Con la mochila congando lánguidamenente del hombro y un el palito blanco de una piruleta de su boca Parvanna caminaba por la calle hacia la escuela bajo la extrañada mirada de las personas de la calle, que aún no estaban acostumbradas a su extravagante aspecto. La chica agitó un poco sus alas al viento y se apartó el pelo multicolor de la cara, observando todo con sus curiosos ojos bicolores. Cada poco se detenía a observar cosas que ella considereba interesantes, que podían llegar a ser un ladrillo con un chicle verde pegado o una lata de refresco tirada al borde de una alcantarilla.
En un momento pasó una pequeña mariposa multicolor a su lado y se quedó volando delante de Parvanna. Ella la miró y una expresión de sorpresa y alegría se dibujó en su rostro.
-¡Ala! ¿Una mariposa bonita! ¡De colores como el pelo de Parvanna!
La mariposa empezó a volar a través de una de las calles que desembocaban a la Avenida. Parvanna, sin pensárselo dos veces, la siguió extendiendo los brazos.
-¡Ven aquí, mariposita bonita!- canturreó-. ¡Bonita como Parvanna!
La siguió hasta un pequeño parque. El insecto se posó sobre la mano abierta de un hombre mayor que estaba sentado en un banco. Parvanna se detuvo y aquel hombre le dirigió una sonrisa. Parvanna se la devolvió pero de repente percibió algo extraño en aquel señor sentado en el banco. De repente, la mariposa empezó a arder sobre la palma de la mano. Cuando sólo quedaban cenizas, aquel hombre las atrapó entre los dedos.
Entonces fue cuando parvanna vio algo que no le gustaba en sus ojos.
-Eres malo... Pobre mariposita...- susurró.
-Ten cuidado, tu también eres una pequeña mariposita...- respondió él, sin haber movido los labios.
Parvanna, dio unos pasos atrás asustada. Entonces aquel sentimiento de miedo se hizo más grande y Parvanna gritó y se fue de allí corriendo.
No se sintió segura hasta estar otra vez en la Gran Avenida. Tras respirar hondo, la sonrisa volvió a su cara y siguió caminando hacia la escuela.
-Pobre mariposita...
En un momento pasó una pequeña mariposa multicolor a su lado y se quedó volando delante de Parvanna. Ella la miró y una expresión de sorpresa y alegría se dibujó en su rostro.
-¡Ala! ¿Una mariposa bonita! ¡De colores como el pelo de Parvanna!
La mariposa empezó a volar a través de una de las calles que desembocaban a la Avenida. Parvanna, sin pensárselo dos veces, la siguió extendiendo los brazos.
-¡Ven aquí, mariposita bonita!- canturreó-. ¡Bonita como Parvanna!
La siguió hasta un pequeño parque. El insecto se posó sobre la mano abierta de un hombre mayor que estaba sentado en un banco. Parvanna se detuvo y aquel hombre le dirigió una sonrisa. Parvanna se la devolvió pero de repente percibió algo extraño en aquel señor sentado en el banco. De repente, la mariposa empezó a arder sobre la palma de la mano. Cuando sólo quedaban cenizas, aquel hombre las atrapó entre los dedos.
Entonces fue cuando parvanna vio algo que no le gustaba en sus ojos.
-Eres malo... Pobre mariposita...- susurró.
-Ten cuidado, tu también eres una pequeña mariposita...- respondió él, sin haber movido los labios.
Parvanna, dio unos pasos atrás asustada. Entonces aquel sentimiento de miedo se hizo más grande y Parvanna gritó y se fue de allí corriendo.
No se sintió segura hasta estar otra vez en la Gran Avenida. Tras respirar hondo, la sonrisa volvió a su cara y siguió caminando hacia la escuela.
-Pobre mariposita...
Parvanna- Admin
- Mensajes : 215
Fecha de inscripción : 03/08/2008
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